El sector financiero juega un papel clave en atender los retos globales, al permitir la canalización de flujos financieros hacia una economía sostenible, baja en carbono y resiliente al clima.
De acuerdo con la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el MedioAmbient (UNEP-FI por sus sgilas en inglés), y estimaciones de Climate Policy Iniciative (CPI) es necesario la movilización de al menos $1.5 billones de dólares anualmente en financiamiento climático para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento medio de la temperatura global por debajo de los 2°C[1].
Debido al potencial de cambio que provee el sector financiero, existen diferentes productos y servicios financieros con beneficios verdes o sostenibles. Se pueden clasificar en 4 categorías principalmente[2]:
Además de los criterios estrictamente financieros, como la rentabilidad, el riesgo y la liquidez, la inversión sostenible incluye criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG):
Las finanzas sostenibles han alcanzado niveles récord en los últimos años. Según estimaciones de CPI en su informe “Global landscape for climate finance 2021” [3], los flujos financieros anuales aumentaron más de 15%, es decir a 632,000 millones de dólares entre 2019-2020, con respecto al 2017-2018. Sin embargo, la acción aún se encuentra por debajo de lo necesario para cumplir con los objetivos del Acuerdo de Paris. Se estima que la financiación climática anual deberá aumentar al menos 454% al 2030.
Fuente: CPI “Global landscape for climate finance 2021”
[1] Instituto Español de Analistas Financieros y Fundación de Estudios Financieros. (2021). El rol de las finanzas en una economía sostenible. Obtenido de UNEP-FI:
[2] Environmental and Sustainability School. (s.f.). Módulo 1.3: Productos financieros sostenibles y blended finance. Obtenido de Exponential education.
[3] Climate Policy Initiative. (Diciembre de 2021). Global Landscape of Climate Finance 2021. Obtenido de Climate Policy Initiative