Debido a los actuales compromisos de descarbonización que se han planteado diversas organizaciones y países, se han planteado el uso del hidrógeno como un elemento de transición, este es conocido como hidrógeno verde.
Actualmente se utiliza en el transporte o en industrias altamente contaminantes, como la cementera, para lograr la transición que están esperando sus grupos de interés y lograr los objetivos establecidos en el acuerdo de París.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante y considerado como el elemento con mayor potencial para ser un combustible debido a su capacidad de almacenamiento energético y de integración sectorial[1]. A diferencia del “hidrógeno azul” o el “hidrógeno gris”, que usan como materia prima combustibles fósiles como el carbón o el gas natural para generarlos, el “hidrógeno verde” utiliza agua, a través de un proceso llamado electrólisis donde se separa el hidrógeno y el oxígeno por medio de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, por lo que no genera emisiones de gases de efecto invernadero en el proceso[2].
El uso del hidrógeno como combustible lo posiciona como una de las energías que pueden contribuir a la transición de reducción de emisiones. Por tal motivo se promueve en la industria privada fomentar o crear incentivos para acelerar su producción limpia, resolver el almacenamiento y definir en qué sectores es más eficiente, seguro y sostenible. Los expertos prevén que la economía del hidrógeno verde multiplicará su valor.
De acuerdo con información la Agencia Internacional de la Energía[3] (IEA por sus siglas en inglés), para lograr las emisiones netas cero en 2050 (net zero), se necesitaría una inversión de US$ 1.2 billones en el suministro y uso de hidrógeno con bajas emisiones de carbono. El consejo del hidrógeno proyectó un mercado mundial para el hidrógeno de US$ 2.5 billones de dólares en 2050. El Departamento de Energía de EE.UU. prevé unos ingresos anuales de US$ 750 mil millones y la creación de 3.4 millones de puestos de trabajo para 2050 en el marco de la economía del hidrógeno.
La Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) identificó una serie de recomendaciones[4] para la acción a corto plazo. Este informe ofrece más detalles sobre cómo las políticas pueden acelerar la adopción del hidrógeno como combustible limpio:
El hidrógeno está tomando un papel destacado en las agendas energéticas de muchos países en todo el mundo. De acuerdo con el Banco Mundial, los países de Latinoamérica cuentan con un gran potencial para participar en el mercado mundial de hidrógeno verde debido a la vasta cantidad de recursos naturales para la generación de energía renovable en la región, lo cual apoya no solo la transición energética de los países, sino también al abastecimiento de hidrógeno a los mercados internacionales.
Chile es el primer competidor regional y ha asumido una estrategia ambiciosa, lanzando su Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde para potenciar el desarrollo de esta industria y ser uno de los principales productores del mundo de este combustible. Al tener un potencial energético renovable equivalente a 70 veces la demanda de Chile, este país tendrá el costo nivelado de producción más bajo del mundo para el 2030[5].
En Brasil, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que la Unión Europea (UE) invertirá 2.000 millones de euros para la producción de hidrógeno verde[6].
México podría reducir hasta en un 64% sus costos de producción comparado con otros países por su potencial renovable, su ubicación y el TMEC. La Agencia Alemana de Cooperación Internacional estima que existe una capacidad de instalar hasta 22 Tera-vatios de electrólisis en el país, lo que significa una producción de 1.400 millones de toneladas de este combustible limpio. México ya tendrá este año una hoja de ruta para el hidrógeno verde, así como la primera producción[7].
Uruguay, en conjunto con el BID, está en el desarrollo de un ecosistema de hidrógeno verde en el país. En Maroz de 2022 se crea el Fondo Sectorial de Hidrógeno[8] para promover la convocatorio de proyectos piloto para la generación de hidrógeno verde en el país[9]. El apoyo que ofrece el gobierno para los proyectos piloto de innovación y producción de hasta USD 10 millones no reembolsables, adjudicados y distribuidos en un plazo no superior a 10 años desde el inicio de las operaciones.
[3] AIE (2021), Global Hydrogen Review 2021;
[6] Unión Europea impulsa la producción de hidrógeno verde en Brasil con inversión multimillonaria
[8] Ministerio de Industria, Energía y Minería
[9] BID Lab (Abril 13 de 2021). Gran impulso al hidrógeno verde en Uruguay. Obtenido de BID